Perdonemos como Cristo Jesús nos Perdonó a Todos
Lucas 23:34
Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
Mateo 18:22
Jesús le contestó: —No basta con perdonar al hermano sólo siete veces. Hay que perdonarlo una y otra vez; es decir, siempre.
Colosenses 3:13
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
El perdón, hace referencia al cese de una falta, ofensa, demanda, castigo, indignación o ira, eximiendo al culpable de una obligación,
discrepancia o error que cometió. Sin
dunda alguna, que el perdón es la
principal solución o remedio para toda raíz
de amargura o heridas emocionales que contaminan el corazón, cuerpo, alma y espíritu.
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En este sentido, uno de los mayores ejemplos
de amor al prójimo es el
perdón a quienes nos ofenden,
nos hacen daño, nos maldicen, nos persiguen o nos odian y donde el mismo Señor Jesús nos recomienda poner la otra
mejilla y amar a nuestros enemigos.
Así pues, el mismo Jesús nos dio ejemplo mirando desde la cruz
a los soldados romanos que estaban apostando
su vestimenta, el insulto de uno de los criminales que estaba al lado de él,
la burla de los líderes religiosos, la
blasfema de la muchedumbre y rodeado de
todo este lote indigno exclamo en una expresión de inigualable misericordia y amor; ¡Padre
perdónalos porque no saben lo que hacen!
Por consiguiente, Jesús oró al Padre cumpliendo con la siguiente
profecía (Isaías 53:12) "Él llevó el pecado de muchos, e
intercedió por los transgresores" y al mismo tiempo…poniendo en práctica el principio que había
enseñado en el sermón del Monte: (Mateo 5:43-44) Amad a vuestros enemigos y orad por los que
os persiguen.
Por todo esto, podemos observar como Jesús oro intercediendo ante de su agonía con
mucha preocupación pidiéndole al Padre
que perdonara a los ladrones, los soldados romanos, los maestros de la ley
y por toda la muchedumbre enfurecida que
se había burlado de él y pedían su crucifixión sin saber lo que estaban haciendo
con el mismo.
En sí, nuestro señor Jesús nos dejó
muy claro: que no nos convirtamos en
jueces de los demás, para que Dios no nos juzgue, que no seamos duros con nadie y Dios no será duro con nosotros. Al
mismo tiempo, que perdonemos a los demás
para que Dios nos perdone, que cuando oremos perdonemos todo lo malo que otras personas nos haya hecho y así
Dios, nuestro Padre que está en el cielo, nos
perdonará todos nuestros pecados u ofensas.
Por lo tanto, cuando perdonamos la ofensa cultivamos el amor; pero cuando insistimos en la ofensa dividimos a los amigos. Es decir, cuando perdonamos ganamos amigos.
Si un amigo o hermano nos hace algo malo
o nos ofende y si nos pide perdón, perdonémoslo
no importando si en un solo día nos hizo muchas maldades; si él nos pide
perdón, debemos perdonarlo como Dios nos
perdona por su gran amor cargando con todos nuestros pecados en la cruz.
Finalmente, seamos tolerantes los
unos con los otros, y si alguno de nosotros tenemos alguna queja contra
otro, perdonemos, así como el Señor Jesús
nos ha perdonado nuestros pecados y maldades. Definitivamente, seamos buenos, misericordiosos y compasivos
los unos con los otros, y perdonemos,
así como Dios nos perdonó a nosotros por medio de Jesucristo.
Hemos Sido Perdonados por Dios para que Perdonemos a los que nos Ofenden en el nombre Poderoso de Jesús