La Buena Tierra que Habremos de Poseer y la Amonestación de no Olvidarnos de Dios
Deuteronomio 8:10
Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
Deuteronomio 8:17
y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.
¿Qué fue lo que hizo que cada
uno de nosotros buscáramos o conociéramos de Dios? Empezáramos a investigar, orar, leer la biblia o escuchar una palabra
de fe. ¿Qué paso? Es decir, muchos
hemos venido a caminar de la mano de
Dios por alguna necesidad o porque nos pasó algo por alguien que hace parte
de nuestro entorno, situación económica difícil, enfermedad y por ese vacío que hizo que buscáramos esa necesidad espiritual.
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En este sentido, muchos de nosotros hemos
venido a Dios por alguna necesidad llámese como se llame e inclusive los
que han nacido en los caminos de Dios, hijos
de padres o familias cristianas. En fin, llega un momento en que nosotros
nos hemos encontrado de alguna manera con la
necesidad de buscar a Dios a través de una prueba o proceso difícil.
Así pues, Dios en medio de los
problemas y de las necesidades cuando llegamos moribundo, desamparado, desahuciado, enfermo o sin esperanza
para que diéramos el paso de fe y Dios
nos ayudó sacándonos de Egipto, del pecado, de la esclavitud, de la maldad, de la oscuridad o de las garras del enemigo para que seamos
adoptados por Dios sacándonos de la oscuridad por su infinita gracia.
Por consiguiente, el nos dice en su palabra Deuteronomio 8:10; Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
La buena tierra a poseer, ese lugar que
vamos habitar o que estamos habitando, pero que cuidemos de no olvidarnos de Jehová, para cumplir sus mandamientos,
sus decretos y sus estatutos que él nos
ha ordenado para bendición.
Por lo tanto, que no suceda que
comamos y nos saciemos, y edifiquemos buenas casas en que habitemos, y nuestras
vacas u ovejas se aumenten, y la plata y
el oro se nos multipliquen, y todo lo
que tuviéramos se aumente; y se enorgullezca nuestro corazón, y nos olvidemos de Jehová, que nos sacó de
tierra de Egipto, de casa de servidumbre; que nos hizo caminar por un
desierto grande y espantoso, lleno de
serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él nos sacó agua de la roca del pedernal.
Sin duda alguna, que esos desiertos
representan caminos difíciles o que no había respuesta haciéndonos caminar
de tantos interrogantes y nos sustentó con
maná en el desierto, comida que nuestros padres no habían conocido, afligiéndonos y probándonos, para a la postre hacernos bien; y digamos
en nuestro corazón: Mi poder y la fuerza
de mi mano me han traído esta riqueza.
Definitivamente, no debemos hacer
nada eso, ya que es Jehová quien nos
da el poder para hacer la riqueza, no es nuestra capacidad, no es que tengamos en la cuenta, no es
que estudiamos en la mejor universidad o seamos
los mejores en los negocios, ya que es el con su poder el que nos da para que hagamos todo a fin de confirmar su
pacto que juró a nuestros padres,
como en este día. Mas si llegáramos a
olvidarnos de Jehová nuestro Dios y anduviéramos en pos de dioses ajenos, y
les sirviéramos y a ellos nos inclináramos,
yo lo afirmo hoy contra ustedes, que de
cierto pereceréis.
En resumen, Dios nos esta diciendo que, si nos acordamos de él sin olvidarnos de sus bondades, obedeciéndolo
o guardando sus mandamientos, andando en
sus caminos, haciendo lo bueno, lo recto, lo agradable y todo lo que él nos ordena por medio de su palabra; él
va abrir sus manos, él va abrir los cielos, el va abrir un camino y un tiempo de esperanza para que nos vaya
muy bien en todo para su gloria.
Su amor nos rescató, su gracia nos salvó, eso cantaremos, siempre alabaremos, nunca olvidaremos que él es Dios y que siempre ha sido bueno