No Somos Productos Terminados, Aguantemos un Poco más, Todavía no es Tiempo, que Nosotros Estamos Siendo Formados y que Él Tiene en Mente lo Mejor de Nosotros, está Siendo la Mejor Vasija
1 Corintios 10:13
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar
Jeremías 18:4-6
Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mi palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.
Se cuenta que una vez en Inglaterra existía una pareja que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres, en una de las tiendas favoritas donde vendían vajillas antiguas, entró esta pareja. Quedaron sorprendidas al ver una hermosa tacita y ver muchas vajillas antiguas, pero esa tacita tenía algo especial. Por favor, me la permite ver dijo la mujer, nunca he visto nada tan fino como esto y cuando la tuvo en sus manos, escuchó como la tacita comenzó a hablarle y la tácita le empezó a contar.
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Usted no entiende, yo no siempre he sido una taza, así como usted me ve como la que está sosteniendo en sus manos. Hace mucho tiempo yo era solo un montón de barro o amorfo. ¡Mi creador me tomó entre sus manos y me golpeó, me amoldó cariñosamente, me echaba agua, me pulía y llegó un momento en que me desesperé y le grité; por favor, ya déjame en paz!
Pero él solo me sonrió y me dijo: aguanta un poco más, todavía no es tiempo. Después me puso en un horno, y nunca había sentido tanto calor. Me pregunté por qué mi creador querría quemarme así, que toque la puerta del horno y a través de la ventana del horno pude leer sus labios y me decía aguanta un poco más, todavía no es tiempo. Finalmente se abrió la puerta, mi creador me tomó y me puso en una repisa para que me enfriara.
Ay, así está mucho mejor, me dije. Pero apenas me había refrescado cuando mi creador ya me estaba cepillando y pintando... el olor de la pintura era horrible, sentía que me ahogaba. ¡Por favor, detente! Le gritaba yo a él, pero él solo movía la cabeza haciendo un gesto negativo y decía: aguanta un poco más, todavía no es tiempo. Al fin dejo de pintarme, pero esta vez me tomó y me metió nuevamente a otro horno.
No era un horno como el primero, era mucho más caliente... ahora sí estaba segura de que me sofocará. Le rogué y le imploré que me sacara. Grité, lloré. Pero mi creador solo me miraba diciendo: aguanta un poco más, todavía no es tiempo. En ese momento me di cuenta de que no había esperanza, nunca lograría sobrevivir a ese horno. Justo cuando estaba a punto de darme por vencida, se abrió la puerta y mi creador me tomó cariñosamente.
Me puso en una repisa que era aún más alta que la primera, allí me dejó un momento para que me refrescara. Después de una hora de haber salido del segundo horno, me dio un espejo y me dijo: Mírate, esta eres tú. Yo no podía creerlo, esa no podía ser yo lo que veía era hermoso. Mi creador nuevamente me dijo: Yo sé que te dolió haber sido golpeada, moldeada por mis manos, pero si te hubiera dejado como estabas, te hubieras secado.
Sé que te causó mucho calor y dolor estar en el primer horno, pero de no haberte puesto allí, seguramente hubieras estallado. También sé que los gases de la pintura te provocaron muchas molestias, pero de no haberlo hecho, tu vida no tendría color y si yo no te hubiera puesto en ese segundo horno, no hubiera sobrevivido mucho tiempo porque tu dureza no habría sido la suficiente para que subsistir. Ahora tú eres, un producto terminado, eres lo que yo tenía en mente cuando te comencé a formar.
Esta es una reflexión para ti, para mí, para entender que no somos productos terminados, que nosotros estamos siendo formados y que él tiene en mente lo mejor de nosotros, está siendo la mejor joya. Él es el alfarero y así pasa con nosotros día a día. Él nunca nos va a tentar ni a obligar a que vivamos algo que no podamos soportar, porque Dios sabe lo que está haciendo con cada uno de nosotros. Además, él sabe lo que estás pasando, él está amoldando y te va a dar la forma para que llegues a ser esa pieza perfecta y puedas cumplir con su propósito o su voluntad.
¿Sabes qué dice el manual de instrucciones en 1 Corintios 10:13? Dice: ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable, y pueden ustedes confiar en Dios. O sea, nosotros podemos confiar en Él que no nos va a dejar sufrir pruebas más duras de lo que podamos soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios nos dará también la manera de salir de ella para que podamos soportarla.
¿Cree esta promesa? Yo la creo y me aferro a ella, y yo sé que él no nos va a dar una carga que no podamos soportar jamás. Jamás te va a quitar un pan de la mano para darte una piedra. Sé que Dios está contigo y conmigo.