El Llamamiento de Moisés y la Zarza Ardiente
Éxodo 3:1-10
2 Tesalonicenses 2:14
Para esto Dios los llamó por nuestro evangelio, a fin de que tengan parte en la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Isaías 42:6
Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones,
1 Pedro 2:9-10
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Romanos 11:29
Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
Dios nos Ha Llamado para un Compromiso con su Obra y el Expandir su Reino para llevar las Buenas Nuevas de Liberación, Salvación y Redimir la Humanidad en el Nombre de Jesús
El primer encuentro de Moisés y Dios fue en el monte de Horeb, también llamado el monte de Sinaí. Moisés pasó muchas veces por el monte de Sinaí con su rebaño, pero en ese día pasó algo muy especial, el Señor usó un evento sobrenatural para llamar la atención de Moisés, despertando su curiosidad y Moisés encontró el verdadero propósito de su vida.
También te puede interesar ver: Proclamar el Mensaje de Salvación por Todo el Mundo
La Biblia señala que cuando Moisés se acercó, el Señor se le reveló y Moisés llego a creer que terminaría sus años en Madián. Pero esos cuarenta años le sirvió de entrenamiento y prendió a ser un buen pastor. La experiencia de cuidar ovejas le sirvió también a convertirse en el pastor del pueblo.
En este sentido, el Señor le hizo el llamado a Moisés para que le sirviera y Dios le dio una misión. ¿Cuál era esa misión? Liberar el pueblo de Israel de su esclavitud. El pueblo de Israel estaba agobiado por la esclavitud y comenzaron a clamar a Dios y escuchó su clamor a su tiempo. Ya era tiempo de cumplir la promesa, pero el pueblo no estaba libre y estaba atrapado en la esclavitud. Lo israelita en realidad no estaban pidiendo salir de Egipto, lo único que pedían que su carga fuera más liviana y Dios escucho el clamor de su pueblo, pero su respuesta iba más allá de lo que ellos habían pedido el Señor.
Así pues, no solo librarlo de las cargas pesadas, sino que quería sacarlos de Egipto. Los israelitas no pertenecían a Egipto, sino que estaban destinados para la tierra prometida. Pero Dios permitió que su pueblo cayera en esclavitud para que desearan salir de Egipto, de lo contrario, tal vez se hubieran quedado allí muy calmados.
En resumen, el propósito por la cual fuimos llamados es para pertenecer a la familia del ejército de Dios y establecer su Reino aquí en la tierra. ¿Cómo lo vamos a hacer? Trabajando en la obra. Los ancianos juegan un papel muy importante en la iglesia y son llamados guerreros espirituales intercesores. En Proverbios 20:29 dice: la gloria de los jóvenes están en su fuerza, la honra de los ancianos está en sus canas. El Señor necesita un equilibrio en su obra. En los jóvenes hay fuerza y vigor, mientras que los ancianos intercede y son unos guerreros espirituales. En el Salmo 92:14 dice: Aún en la vejez darán fruto. Siempre estarán vigorosos y verde, que es el fruto que dan los ancianos.