Dios Tiene el Poder para Calmar Toda Tempestad o Tormenta Inesperada en el Nombre Poderoso de Jesús
En Medio de Toda Tempestad o Tormenta Repentina Jesús es la Calma
Salmos 107:29
Cambia la tempestad en sosiego, Y se apaciguan sus ondas.
Lucas 8:24
Y vinieron a él y le despertaron, diciendo: !!Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza.
Marcos 4:39
Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.
Isaías 43:2
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
1 Corintios 10:13
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
Romanos 8:35
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
La pequeña barquilla de pesca quedó varada en la playa, los recios vientos del norte la habían hecho zozobrar a pesar de que apenas unas pocas horas antes, flotaba apacible en el muelle sujeta por medio de una delgada cuerda y una tormenta inesperada vino a trastornar la tranquilidad del lugar con resultados realmente devastadores. Mientras que otros botes apenas sintieron la tormenta, ya que estaban firmemente amarrados al muelle.
También te puede interesar ver: Oremos con un Corazón Abierto, Humilde y Sincero
En este sentido, esta pequeñísima historia de esta barquilla que se ve reflejada en nuestra vida de una u otra forma. Porque algo parecido sucede con nosotros, con muchas personas que cuando llegan las tormentas de la vida, la paz huye del corazón y cede el paso a la intranquilidad y a la preocupación.
Así pues, es posible que usted sea esa pequeña barquilla que estaba tranquila, pero de un momento a otro resultó por allá estropeada, abandonada, desolada, porque esa cuerda era tan débil a la que estaba sujeta y que sencillamente se fue en medio de la tormenta. Sin embargo, las otras si se estuvieron ahí firmes porque estaban amarradas bien a ese muelle.
Por consiguiente, este muelle representa mi relación con Dios, ese muelle representa en quien yo creo y a veces piensas tener una relación con Dios, sin embargo, es tan débil, que llega una tormenta y acaba contigo o acaba con tu paz. Entonces llega la intranquilidad, llega la preocupación, la fe se debilita y entonces eso te hace creer que Dios te ha abandonado y realmente no es así. La Palabra de Dios nos muestra en Lucas 8:24 en mi manual de instrucciones que él se levantó y reprendió al viento y a las olas.
Por lo tanto, la tormenta se apaciguó y todo quedó tranquilo. El gran océano de la vida es eso que tú y yo tenemos que enfrentar todos los días. ¿Hay días de apacible calma, verdad? Y aunque también hay días de vientos huracanados, las circunstancias inesperadas podrían ser tal vez la parte económica, las relaciones familiares, o la salud y quizás nos hagan pensar que probablemente nos estamos hundiendo.
Sin embargo, debo decirte que tienes que tener seguridad de que aquel que reprendió al viento según lo que dice Lucas 8:24 es el que apaciguó las olas y aún sigue contigo dispuesto a darte salvación.
De esta manera que, cuando vengan las tormentas de la vida, tú tienes que acudir a la Palabra, tú tienes que acudir a las promesas de Dios, tú tienes que acudir a lo que Dios me ha permitido decirte a través de los devocionales diarios. Y es que Dios tiene el poder para calmar la tempestad. ¡Él se levantó y reprendió al viento y ordenó al mar Silencio, cálmate! Y el viento se calmó inmediatamente y todo quedó completamente tranquilo.
Todo esto lo asegura Marcos 4:39. Así que, si vienen tempestades a tu vida, levántate y dile Señor, yo reclamo la palabra que está en Marcos 4:39 para que se calme esa tempestad, y en el poderoso nombre de Jesús va a suceder. Te invito a que confíes en el Señor, porque su promesa es cuando cruces las aguas, yo estaré contigo, cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas, cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrazaran las llamas.
Sin duda alguna, eso dice Isaías 43:2. La tormenta en algún momento va a terminar, porque Dios es fiel y no va a permitir que tú seas tentado o tentada más allá de lo que tú puedas aguantar. Es decir, la prueba no será tan fuerte que tú no la soportes. Podrás decir: Yo no puedo más con esto, pero la Biblia me expresa que cuando llega la tempestad, cuando llegan los problemas, él también dará una salida a fin de que puedan resistir 1 Corintios 10:13.
Definitivamente, hoy te digo si estás en medio de una tormenta, anímate, recuerda que el Señor está contigo, aunque no puedas verlo, ni sentir el toque de su mano cariñosa que dirige tu vida... No obstante, él está ahí en medio de esa circunstancia y verás su poder.