No dejemos de Orar unos por Otros
Oremos por tu Petición
Mateo 18:19-20
Otra vez os
digo, que, si dos de vosotros se pusieran de acuerdo en la tierra acerca de
cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los
cielos.
Santiago
5.16
Por eso,
confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean
sanados. La oración dl justo es poderoso y eficaz.
Efesios
6:18
Orando en
todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con
toda perseverancia y súplica por todos los santos.
1
Timoteo 2:1-2
Exhorto, ante
todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracia por
todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para
que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
Job 42:10
Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.
Todos como
seres humanos, hermanos en Cristo o
pueblo de Dios, estamos pasando por algún momento de aflicción,
tribulación, prueba, problemas o
cualquier situación difícil y en este sentido, necesitamos del apoyo los unos a los otros para poner en oración delante de nuestro Padre poderoso dichas peticiones o necesidades.
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Al orar
unos a los otros o por los demás, estamos demostrando un gran gesto de amor y una de las mejores formas de ayudar al prójimo
de donde quiera que estemos sin importar la distancia.
Así pues, nuestro Señor Jesús nos asegura que, si
2 o algunos de nosotros aquí en la tierra nos
ponemos de acuerdo para pedirle cualquier cosa a Dios, él nos concederá las
peticiones, ya que donde dos o tres se
reúnen en su nombre allí esta él para glorificarse.
Por lo tanto, cuando oramos en el nombre poderoso de Jesús en un mismo sentir por
cualquier necesidad, se nos será hecho
porque guardamos sus mandamientos y lo hacemos sin dudar, creyendo que ya hemos recibido lo que hemos
pedido en su nombre.
Al mismo
tiempo, nos garantiza que la oración de una persona buena que obedece es muy poderosa y es ahí, la importancia
de orar unos a los otros para que
estemos sanos por el poder de Dios.
Asimismo, debemos orar guiado por el Espíritu Santo
con toda alerta, con clamor, ruego, sin desmayar o darnos por vencido y pidiendo siempre por todos los que forman parte del pueblo de Dios. También por todo
el mundo, los gobernantes y las
autoridades pidiéndole que muestre su bondad o misericordia para que todos se salven y para que vivamos en paz, tranquilos, obedeciendo a Dios
y llevándonos bien con los demás.
En resumen, debemos orar poniéndonos delante del Padre con plena confianza y paz, es decir, intercediendo en el nombre poderoso de Jesús por las peticiones y necesidades de otros; sabiendo que como justos nuestras oraciones tienen poder para mover la gloria de Dios en cualquier enfermedad o situación por más difícil que sea.
Definitivamente, debemos orar unos a los otros dirigidos por el Espíritu Santo con toda súplica, ruego, con todo clamor, estando muy atentos y perseverando sin desmayarnos por cualquier cosa, por todos los hombres, presidentes, gobernadores, reyes, autoridades, por la iglesia, por el pueblo de Dios y por todo el mundo que sea necesario para que vivamos en paz como nuestro Padre celestial lo desea.